Por la mejor productividad de nuevos pozos, la producción marcó un salto cuantitativo y aportó casi 10 millones de barriles más que el 2018.
De esta manera, el 2019 finalizó con la incorporación de 292 pozos no convencionales, prácticamente todos sobre Vaca Muerta. Esta producción es casi igual al alcanzado en 2018 cuando se realizaron 294 pozos no convencionales, pero supera al nivel de la anterior crisis que atravesó Vaca Muerta en 2016 y 2017, cuando se realizaron 240 y 279 pozos por año, respectivamente.
En conclusión Vaca Muerta cerró el 2019 apenas por debajo de los 1.500 pozos, lo que representa un salto más que importante ya que implica que, en cuatro años, los pozos productores hacia la formación prácticamente se triplicaron, pasando de 500 en 2015 a los actuales 1.478 pozos.
Fuente: Río Negro